Yasmina Messadi sufrió un atropello en vísperas de las pasadas fiestas navideñas cuando iba de camino a clase. Ayer volvió a pisar un terreno de juego por primera vez desde entonces.
La mañana del 21 de diciembre de 2017 recibimos una de las llamadas más duras, sino la que más, en la corta historia del Bonavista CF. Al otro lado del hilo telefónico se escuchaba la voz nerviosa y entrecortada de Hakim, el padre de Yasmina Messadi, jugadora del Femenino Sub 16.
Nos llamó para comunicarnos que su hija había sido atropellada de camino al instituto y se encontraba en el quirófano en esos momentos, pero no sabía a ciencia cierta cómo se encontraba su hija. Así lo comunicamos en nuestra cuenta de Twitter cuando sucedió:
PARTE MÉDICO 🚑 | Yasmina Messadi, jugadora del Femenino Sub 16 del Bonavista CF, ha sufrido un atropello y se encuentra en el quirófano en estos momentos. Esperamos recibir noticias en los próximos minutos.
Estamos contigo, Yasmina.— Bonavista CF (@BonavistaCF) 21 de diciembre de 2017
Horas después conocimos que se encontraba estable, consciente y sin más daños que una rodilla destrozada debido al infortunio.
La lógica hacía pensar que la temporada había terminado para ella. Una jugadora ilusionada, motivada y unida a sus compañeras de equipo se veía obligada a aparcar su pasión por un tiempo. Y quién sabe si podría volver a jugar al fútbol algún día. Muchos lo dudaban, pero ella no tenía dudas. Sabía que volvería.
Pero la vuelta no fue fácil. Tras dos operaciones, largas sesiones de rehabilitación, revisiones en el hospital, Yasmina comenzó a ver la luz. Hace tan solo un par de meses comenzó a correr por su cuenta y ayer, para alegría de todo el equipo, volvió a entrenar junto a sus compañeras y amigas.
Yasmina se sentía nerviosa, impaciente como el primer día, pero ilusionada y emocionada por volver a empezar con sus botas nuevas. Tras terminar el entrenamiento, manifestó sentirse “súper, súper contenta” y con muchísimas ganas de volver.
Desde el Bonavista CF solo le podemos dar la enhorabuena a Yasmina por su coraje, esfuerzo y superación. Sin su empeño un pequeño gesto, como volver a golpear un balón, no habría sido posible.